sábado, 17 de octubre de 2009

FÉ ROTA


-Quizá es que tú no me amas.

-Por Dios, cuantas veces te lo he de decir y cómo pretendes que te lo demuestre. Te lo he repetido de un sinfín de formas.  ¿Qué te haría realmente estar segura de mi amor?

-Lo único que sé Raúl, es que tengo un miedo horrible a que un día te des cuenta de que ya no me quieres, que te des cuenta de que estabas convencido de que yo era tu única mujer y que luego descubras asombrado de que no era yo, que hay otra que es mejor, que sus ojos son mejores que los míos, que sus palabras sean más condescendientes que las mías, ¿cómo podrías tú saber que no va a suceder?

-Yo sólo sé lo que siento en este instante Laura, y ahora mismo sé que no podría querer a nadie más.  Repito que por tí daría mi vida y que contigo viéndote a los ojos soy más feliz de lo que fuí alguna vez en mi vida.  ¿No te basta?

-Pero dices que eso es ahora, ¿y después?

Raúl me suelta las lmanos y pone las suyas sobre sus piernas con desaliento.  Se queda un momento con la cabeza gacha, luego la levanta, y con gesto cansado me dice

-Laura, sólo puedo hablarte del ahora.  Nuestra relación ha sido lo más hermoso que me ha pasado en la vida, por favor, te suplico que no sigas en esa misma tónica o vamos a echar a perder lo lindo que tenemos.  Vivamos el ahora con pasión y alegría.  ¿No ves cuánto te amo? Y pienso en formar un futuro contigo, pero tenemos que luchar por nuestra felicidad.

-¿Viste? Ya te estoy cansando.  ¿Y así dices que me vas a querer de por vida? Una simple pregunta y ya estás molesto.

-Mi amor, no estoy molesto, sólo es que tu desconfianza no puede verse reforzada de esa forma.  Céntrate en lo que te amo y así serás feliz, si te centras en que si algún día no te voy a amar, tu misma desconfianza y falta de fé en nuestro amor, lo va a echar a perder.  Vivamos los lindos momentos con alegría. No permitamos que entre el pesimismo.

-¿Que lo voy a echar a perder? ¿No dijiste que nunca me dejarías de amar?

-Laura, escucha, no me quieres escuchar.  Te repito que te amo, que soy feliz a tu lado, pero con esta obsesión de tu parte no puedo ser feliz indefinidamente...

-Te lo dije, que no estás muy seguro.  Entonces no es amor de verdad, sólo es una ilusión porque sientes que te hago feliz, pero si no lo sientes, crees que me vas a dejar de amar y que todo se va a venir abajo.

Laura, me estás desesperando.

Me levanto del asiento.  Estoy más inquieta que antes y muevo desesperada los brazos y los coloco sobre mi cabeza.

-¡Raúl, me asustas!

-Laura ¡basta!

Mis sollozos se van haciendo más fuertes y con verguenza, los callo.  Raúl se pone también las manos en su cabeza y me dice suave:

-Creo que mejor me voy.  Ésto no va para ningún lado y hoy no quieres escucharme.  No tiene sentido permanecer hablando en esta discusión absurda.

Sollozo más fuerte y Raúl me detiene con ambos brazos. Mi rostro se desfigura por el dolor y le digo:

-Me decepcionas Raúl, ¡creí que nuestro amor iba a ser eterno!

Raúl me quita los brazos del cuerpo y con gestos suaves sale, cierra la puerta sin decirme adiós y yo me quedo sola en una habitación llena de penumbras.

2 comentarios:

  1. Hay veces que uno mata el amor, como pasa con Laura, que hartó a Raúl con sus inseguridades
    Luceta

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  2. Este blog es magnífico, y el relato triste. Nunca me ha gustado la soledad. La tuve que sufrir un largo tiempo de mi vida y ya tuve suficiente.

    Un beso

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